La densidad ósea disminuida, también conocida como osteopenia, es una condición en la que los huesos se vuelven más débiles y porosos. Esto ocurre cuando el cuerpo elimina más hueso del que forma. La densidad ósea disminuida aumenta el riesgo de fracturas óseas y puede llevar a la osteoporosis si empeora con el tiempo.
¿Cuáles son las causas de la densidad ósea disminuida? Algunos factores que contribuyen son la edad avanzada, el sexo femenino, la menopausia, los niveles bajos de estrógeno, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física, la deficiencia de vitamina D y el uso prolongado de ciertos medicamentos como los corticoesteroides. El envejecimiento natural también conduce a una pérdida gradual de densidad ósea.
Los síntomas de la densidad ósea disminuida no siempre son obvios. Algunas personas pueden experimentar dolor óseo, sobre todo en la parte inferior de la espalda. Las fracturas óseas, especialmente en las muñecas, caderas o columna vertebral, pueden indicar osteopenia. Se recomienda hacerse una prueba de densidad ósea si tiene factores de riesgo.
¿Cómo se trata la densidad ósea disminuida? El objetivo es prevenir más pérdida de hueso y fracturas. Los cambios en el estilo de vida como hacer ejercicio regularmente, dejar de fumar, limitar el alcohol y obtener suficiente calcio y vitamina D pueden ayudar. Los medicamentos como los bifosfonatos también se usan a veces.
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