La pérdida de masa muscular, también conocida como atrofia muscular, es el deterioro progresivo de la masa y fuerza muscular. Esto ocurre cuando los músculos no se usan lo suficiente y empiezan a reducirse de tamaño. La pérdida de masa muscular puede ocurrir por varias razones:
- Inactividad o reposo prolongado: Estar postrado en cama o inmovilizado durante semanas o meses provoca atrofia muscular por falta de uso.
- Envejecimiento: Es normal perder algo de masa muscular a medida que envejecemos, especialmente después de los 50 años.
- Lesiones o cirugías: No poder mover un músculo o extremidad durante semanas debido a una lesión o cirugía provoca atrofia.
- Enfermedades: Algunas enfermedades como el cáncer, SIDA, diabetes o problemas renales aceleran la pérdida de masa muscular.
Los síntomas más comunes de la atrofia muscular son:
- Debilidad muscular
- Fatiga o cansancio excesivo
- Dificultad para realizar actividades diarias
- Dolor o calambres musculares
- Pérdida de masa corporal
La atrofia muscular puede prevenirse manteniéndose físicamente activo con ejercicio regular, especialmente entrenamiento de fuerza o resistencia. También es importante tener una dieta saludable, rica en proteínas, para regenerar y construir masa muscular.
En casos de inmovilidad o reposo prolongado, se recomienda hacer ejercicios de rango de movimiento suaves para estimular los músculos. También ayudan la fisioterapia y los masajes.
Si la atrofia es severa, pueden recetarse medicamentos o suplementos hormonales, como testosterona o hormona de crecimiento, para aumentar la masa y fuerza muscular.
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