La duración ideal de la terapia de reemplazo hormonal (TRH) depende de varios factores, incluyendo los objetivos del tratamiento, la edad del paciente, el estado de salud subyacente y la respuesta a la medicación. En general, se recomienda continuar la TRH mientras persistan los síntomas de deficiencia hormonal y no surjan efectos secundarios significativos.
Para las personas transgénero, la TRH es una parte crucial de la transición médica. Según las guías clínicas, la terapia con estrógeno o testosterona debe continuarse indefinidamente a menos que surjan problemas de salud que obliguen a suspenderla. El objetivo es feminizar o masculinizar las características físicas lo máximo posible y suprimir las características del sexo asignado al nacer. Interrumpir la TRH puede revertir los cambios alcanzados durante la transición y causar disforia de género. Por lo tanto, para la mayoría de las personas transgénero, la TRH es un tratamiento de por vida.
Para las mujeres posmenopáusicas, la TRH con estrógeno alivia los síntomas vasomotores (sofocos) y la atrofia urogenital asociados con la menopausia. Según las guías, se puede considerar la TRH al menos hasta la edad promedio de menopausia natural (51-52 años). Más allá de esa edad, los riesgos potenciales superan los beneficios para la mayoría de las mujeres. Sin embargo, algunas mujeres pueden beneficiarse de continuar la TRH más allá de los 51-52 años, especialmente si presentan síntomas moderados-graves. Se recomienda una evaluación individualizada de riesgos y beneficios.
Para los hombres con hipogonadismo (testosterona baja), no hay un límite de edad establecido para la TRH. Mientras los niveles de testosterona permanezcan bajos y no haya contraindicaciones, la terapia puede continuarse indefinidamente. De hecho, dado que la deficiencia de testosterona se asocia con mayor riesgo de enfermedades como osteoporosis y diabetes, mantener niveles adecuados a través de TRH es importante para la salud a largo plazo.
Resumiendo, no hay una duración estandarizada para la TRH. Depende de las metas del tratamiento y la evaluación continua de riesgos/beneficios. Para la disforia de género y el hipogonadismo masculino, suele ser un tratamiento crónico. En las mujeres posmenopáusicas, una duración limitada es más común. Lo importante es el seguimiento médico y ajustes según cambie la situación del paciente.
Ofrecen una evaluación personalizada, desarrollo de un plan de tratamiento acorde a sus necesidades y metas, y un seguimiento cuidadoso para asegurar su seguridad y bienestar a largo plazo. Con su experiencia en terapia hormonal de afirmación de género y salud sexual, Renewal Hormone Clinic puede guiarle en este proceso tan importante para su salud y calidad de vida.